Salmos de protección
SALMOS PARA SIEMPRE ESTAR PROTEGIDOS
Los Salmos de protección son poemas religiosos que tienen poderes milagrosos, es decir, son alabanzas a Dios en forma poética con un fin determinado.
No olvidemos que el significado de "Salmo" proviene de la palabra latina psalmus, (a su vez viene de la palabra griega psalmoi), y esto significa alabanza.
Salmos de protección
Por lo tanto, en el Libro de los Salmos encontramos muchas peticiones de protección a Dios ante algún tipo de peligro o situación en particular.
Pero, en este caso no solamente debemos limitarnos a pedir, sino también tener confianza plena en el poder de Dios, para de esa forma fortalecer nuestra fe y para afianzar nuestra confianza en el Todopoderoso.
¡Recuerda que Él es
nuestro protector!
Qué son los Salmos de protección
Como ya adelantamos, los Salmos de protección son poemas en donde el salmista pone toda su mirada en el Señor, siendo en ese entonces alabanzas y oraciones en las cuales el pueblo hebreo clamaba por una respuesta de Dios.
Los Salmos de protección expresan un gran sentido de sumisión y adoración, y su propósito principal no es exaltar al adorador, en este caso se busca alabar y exaltar a Dios.
Es por ello que estos salmos expresan una gran confianza en Dios, por lo que el creyente tendrá la seguridad de que el Señor lo escucha, lo ayuda y le socorrerá en aquellos momentos más complicados de su vida.
No olvidemos que los Salmos de protección demuestran el verdadero carácter del creyente, por lo que se debe tener la confianza de que Cristo estuvo aquí en la Tierra con su Padre celestial.
Si quieres recibir la protección de
Dios, entonces debes rezar estos Salmos de protección que te indicaremos
a continuación.
Salmos 23: Jehová es mi pastor
En este salmo el Rey David identifica a Dios como el Buen Pastor, refiriéndose así a cada uno de sus hijos
como sus ovejas.
«1 El Señor es mi
pastor;
tengo todo lo que necesito.
3Él renueva mis
fuerzas.
Me guía por sendas correctas,
y así da honra a su nombre.
4Aun cuando yo
pase
por el valle más oscuro,
no temeré,»
Salmos 27; Jehová es mi luz y mi salvación
En el Salmo 27, el rey David nos
plantea escenas de enemigos, falsos amigos, e incluso abandono, por lo que
evoca la presencia de Jehová en el corazón del creyente.
«1El Señor es mi
luz y mi salvación,
entonces ¿por qué habría de temer?
El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro,
entonces ¿por qué habría de temblar?
10Aunque mi padre y mi madre me abandonen,
el Señor me mantendrá cerca.
11Enséñame cómo vivir, oh Señor.
Guíame por el camino correcto,
Porque mis enemigos me esperan»
Salmos 34: La protección divina
El salmo 34 es cantado en una
“cueva de refugio” y escrito por el rey David en medio de un momento de
aflicción.
«4Oré al Señor, y él me respondió;
me libró de todos mis temores.
5Los que buscan su ayuda estarán radiantes de
alegría;
ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.»
Salmos 91: Morando bajo la sombra del Omnipotente
El Salmo 91 es uno de los más
conocidos y se dice que su escritor fue el mismo Moisés y plasmó lo que pudo
experimentar en la presencia del Dios viviente.
«1Los que viven al
amparo del Altísimo
encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso
4Con sus plumas te
cubrirá
y con sus alas te dará refugio.
Sus fieles promesas son tu armadura y tu protección.»
Salmos 120: Oración de un afligido
Este salmo es para aquel que sufre cuando está angustiado, y delante de
Jehová derrama su lamento pidiendo
protección.
102 Jehová, escucha mi oración,
Y llegue a ti
mi clamor.
2 No escondas de mí tu rostro en el
día de mi angustia;
Inclina a mí
tu oído;
Apresúrate a responderme
el día que te invocare.
3 Porque mis días se han consumido
como humo,
Y mis huesos
cual tizón están quemados.
4 Mi corazón está herido, y seco
como la hierba,
Por lo cual
me olvido de comer mi pan.
5 Por la voz de mi gemido
Mis huesos se
han pegado a mi carne.
6 Soy semejante al pelícano del
desierto;
Soy como el
búho de las soledades;
7 Velo, y soy
Como el
pájaro solitario sobre el tejado.
8 Cada día me afrentan mis enemigos;
Los que
contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí.
9 Por lo cual yo como ceniza a
manera de pan,
Y mi bebida
mezclo con lágrimas,
10 A causa de tu enojo y de tu ira;
Pues me
alzaste, y me has arrojado.
11 Mis días son como sombra que se
va,
Y me he
secado como la hierba.
12 Mas tú, Jehová, permanecerás para
siempre,
Y tu memoria
de generación en generación.
13 Te levantarás y tendrás
misericordia de Sion,
Porque es
tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado.
14 Porque tus siervos aman sus
piedras,
Y del polvo
de ella tienen compasión.
15 Entonces las naciones temerán el
nombre de Jehová,
Y todos los
reyes de la tierra tu gloria;
16 Por cuanto Jehová habrá edificado
a Sion,
Y en su
gloria será visto;
17 Habrá considerado la oración de
los desvalidos,
Y no habrá
desechado el ruego de ellos.
18 Se escribirá esto para la
generación venidera;
Y el pueblo
que está por nacer alabará a JAH,
19 Porque miró desde lo alto de su
santuario;
Jehová miró
desde los cielos a la tierra,
20 Para oír el gemido de los presos,
Para soltar a
los sentenciados a muerte;
21 Para que publique en Sion el
nombre de Jehová,
Y su alabanza
en Jerusalén,
22 Cuando los pueblos y los reinos se
congreguen
En uno para
servir a Jehová.
23 Él debilitó mi fuerza en el
camino;
Acortó mis
días.
24 Dije: Dios mío, no me cortes en la
mitad de mis días;
Por
generación de generaciones son tus años.
25 Desde el principio tú fundaste la
tierra,
Y los cielos
son obra de tus manos.
26 Ellos perecerán, mas tú
permanecerás;
Y todos ellos
como una vestidura se envejecerán;
Como un
vestido los mudarás, y serán mudados;
27 Pero tú eres el mismo,
Y tus años no
se acabarán.
28 Los hijos de tus siervos habitarán
seguros,
Y su
descendencia será establecida delante de ti.
Salmos 121: Jehová es tu guardador
En este salmo se puede
interpretar que el salmista está pasando por una verdadera dificultad, y
plantea la grandeza y poder de Dios para enfrentar cualquier problema.
121 Alzaré mis
ojos a los montes;
¿De dónde
vendrá mi socorro?
2 Mi socorro
viene de Jehová,
Que hizo los
cielos y la tierra.
3 No dará tu
pie al resbaladero,
Ni se dormirá
el que te guarda.
4 He aquí, no
se adormecerá ni dormirá
El que guarda
a Israel.
5 Jehová es tu
guardador;
Jehová es tu
sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te
fatigará de día,
Ni la luna de
noche.
7 Jehová te
guardará de todo mal;
Él guardará
tu alma.
8 Jehová
guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y
para siempre.
Estos son algunos de los mejores Salmos de protección y sin duda
ellos nos enseñan la práctica de la oración como clave para cualquier creyente. Y tú, ¿te identificas con algunos de estos salmos?
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