Versículos para Enfermedad
Versículos de la Biblia sobre Enfermedad
Todos sabemos que la salud es un tema muy importante para todos, y en aquellos momentos de mayor angustia y debilidad, los versículos para enfermedad nos permiten confiar en la mano sanadora de Dios.
Es por eso que en este artículo descubrirás los versículos para
enfermedad más destacados y reconfortantes de la Biblia, para que
así puedas leerlos cuando lo consideres necesario.
Versículos para enfermedad
Estos textos bíblicos te enseñarán a orar con la ayuda de la biblia y Dios en caso de una enfermedad o también para pedir sanidad para los enfermos.
Si no sabes por dónde empezar a la hora de querer leer versículos para enfermedad, aquí encontrarás los mejores versículos bíblicos en donde Dios te habla directamente y pide que seas paciente, ya que Él te dará esa tranquilidad que tanto necesitas en momentos tan complicados de la vida.
“Más a
Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré
toda enfermedad de en medio de ti” (Éxodo 23:25)
Versículos especiales para enfermedad
Si tú o alguna
persona cercana está enferma y se desea encontrar el equilibrio emocional
adecuado para lidiar con el proceso, los versículos para enfermedad
que te indicaremos son la mejor opción para confiar en Dios, y recordar
que con fe y paciencia todo eso pasará.
Estos versículos señalan
que solo Dios tiene el poder de nuestras vidas en el sufrimiento, y algunas enfermedades tienen
también un lado espiritual; por eso,
para que pueda haber
completa sanidad, es de gran importancia confiar en la palabra de Dios.
Santiago 1:4
Y la paciencia debe
ir acompañada de obras perfectas, a fin de que ustedes lleguen a la perfección
y a la madurez, sin que les falte nada.
Santiago 5:14-16
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los
ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre
del Señor. Y la
oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido
pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para
que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Éxodo 15:26
y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto
delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus
estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti;
porque yo soy Jehová tu sanador.
Salmo 30:2
Señor, Dios mío, clamé a ti y
tú me sanaste.
Salmo 32:3
Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
Salmo 41:3
El Señor lo sostendrá en su
lecho de dolor y le devolverá la salud.
Salmo 146:8
Jehová abre los ojos a los ciegos;
Jehová levanta a los caídos;
Jehová ama a los justos.
Salmos 147:2-4
Sana a los que están afligidos
y les venda las heridas. Él cuenta el número de las estrellas y llama a cada
una por su nombre: nuestro Señor es grande y poderoso, su inteligencia no tiene
medida.
Salmo
147:3
Él sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas.
Proverbios
3:5-8
Confía en el Señor y de todo
corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; 6 reconócelo a él en todos
sus caminos y él allanará tus senderos. No seas sabio a tus propios
ojos, teme al Señor y apártate del mal: 8 eso será un remedio para tu carne y
savia para tus huesos.
Proverbios
4:20-24
Hijo mío, presta atención a lo
que te digo, inclina tu oído a mis palabras. Que ellas no se aparten de tus
ojos, guárdalas bien dentro de tu corazón, porque son vida para los que las
encuentran y salud para todo ser viviente. Con todo cuidado vigila tu corazón,
porque de él brotan las fuentes de la vida. Aparta de ti las palabras perversas
y aleja de tus labios la malicia.
Proverbios
12:18
El charlatán corta como una
espada, pero la lengua de los sabios es un remedio.
Proverbios
13:12
La esperanza que se demora es tormento del corazón;
Pero árbol de vida es el deseo cumplido.
Proverbios
13:17
Un mal emisario hunde en la
desgracia, pero un enviado fiel devuelve la salud.
Proverbios
17:22
El corazón alegre constituye buen remedio;
Mas el espíritu triste seca los huesos.
Isaías 26:3
Su carácter es firme, y tú la
conservas en paz. porque ella confía en ti.
Isaías 33:2
Señor, ten piedad de nosotros,
nosotros esperamos en ti. Sé nuestro brazo cada mañana y nuestra salvación en el tiempo de la
angustia.
Isaías 38:16-17
Los que el Señor protege,
vivirán, y su espíritu animará todo lo que hay en ellos: tú me restablecerás y
me harás revivir. Mi amargura se cambió en bienestar: tú has preservado mi vida
de la fosa del aniquilamiento, porque has arrojado detrás de tus espaldas todos
mis pecados.
Isaías 40:31
Pero los que esperan en el
Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se
agotan, avanzan y no se fatigan.
Isaías 53:3-4
Despreciado y
desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y
como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente
llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le
tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Isaías 54:17
Ninguna herramienta forjada
contra ti resultará eficaz, y tú desmentirás a toda lengua que se alce para
juzgarte. Esta es la herencia de los servidores del Señor, ésta es la victoria
que yo les aseguro.
Isaías 58:8
Entonces despuntará tu luz
como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu
justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor.
Mateo 4:23
Jesús recorría toda la
Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la
gente.
Mateo 10:8
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad
muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Mateo 11:28-29
Vengan a mí todos los que
están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y
aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán
alivio.
Lucas 10:9
Y sanad a los
enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de
Dios.
Jeremías
17:14
Sáname, oh Jehová,
y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.
Jeremías
33:6
Yo voy a cicatrizar su llaga y
la voy a sanar; los sanaré y les descubriré tesoros de paz y seguridad.
Juan 6:1-2
Después de esto, Jesús
atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al
ver los signos que hacía curando a los enfermos.
Juan 14:27
Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no
como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!
Filipenses 4:19
Dios colmará con magnificencia
todas las necesidades de ustedes, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús.
Job 5:17-20
¡Feliz el hombre a quien Dios
reprende y que no desdeña la lección del Todopoderoso! Porque él hiere, pero
venda la herida; golpea, pero sana con sus manos. Seis veces te librará de la
angustia, y la séptima, el mal no te alcanzará. En tiempo de hambre, te librará
de la muerte, y en la guerra, del filo de la espada.
Apocalipsis 21:3-4
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el
tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su
pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará
Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
1 Corintios 10:13
Hasta ahora, ustedes no
tuvieron tentaciones que superen sus fuerzas humanas. Dios es fiel, y él no
permitirá que sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el
momento de la tentación, les dará el medio de librarse de ella, y los ayudará a
soportarla.
Marcos 5:34
Jesús le dijo: «Hija, tu fe te
ha salvado. Vete en paz, y queda curada de tu enfermedad».
2 Reyes 20:5
Vuelve y dile a Ezequías, el
jefe de mi pueblo: Así habla el Señor, el Dios de tu padre David: He oído tu
súplica, he visto tus lágrimas. Yo te voy a curar: dentro de tres días subirás
a la Casa del Señor.
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